Docamar

  Tuvo que pasar casi todo un Erasmus en Italia para que, por fin, tuviera la oportunidad de acercarme a uno de los sitios más famosos en España por sus bravas. Todos los artículos sobre nuestro querido plato lo mencionan, rara vez no está en el top 3, y es que en Donato Cabrera Martínez, más conocido como Docamar, están bien orgullosos de su plato estrella.

  Más allá de la castiza plaza de toros de Las Ventas, a un tiro de piedra del metro de Quintana, se encuentra esta afamada tasca. El barrio que abraza al bar es bastante multicultural y colorido, y así lo deja ver la especie de plaza a la que mira la fachada del mismo, llena de banquitos y mesas para jugar al ajedrez, grafitis y carteles en diversos idiomas. A esa gama colorida contribuye notablemente el cartelón de Docamar, que con unas grandes letras sobre fondo rojo alerta al transeúnte de que se acerca a uno de los puntos de peregrinaje de la religión brava. Parte de dicha placita está poblada por las mesas, barriles y sombrillas del bar,  pues bien se antoja tomar unas tapitas al aire, más que en el interior, aunque este sea amplio (dos plantas) y cómodo. Sobre la decoración no hay mucho que comentar, pues es bien sobria, aunque los pocos elementos de los que consta hacen referencia a las bravas; especialmente me gustaron las botellitas, más chulas que un ocho, que utilizan para echar la salsa en las bravas, y que se pueden comprar por unos 9€.


  En lo que respecta al comer, la carta de Docamar, que es bien bonita, no presenta nada diferente al bar medio madrileño: pimientos fritos, oreja, pinchitos, carrillada,... Todo lo que pedimos estaba bueno, la verdad, aunque nada para tirar cohetes, aunque ciertamente la ensaladilla me sorprendió, pues bien buena que estaba, pareciéndose incluso a la famosa receta de Romerijo. Los precios no están mal, igualmente en la media de lo que te puedes encontrar por el resto de la ciudad, y también se practica la bendita costumbre de poner una tapita de bravas con la bebida, lo cual siempre es de agradecer.

  Pasando a temas más importantes, toca ya tratar detenidamente la famosa receta de Docamar. La verdad es que está buenísima, es una verdadera salsa brava en toda regla, que no deja indiferente y que sólo provoca satisfacción y sorpresa entre los clientes de Docamar. Al igual que la de Las Bravas, la salsa de Docamar presenta un intenso color naranja y una consistencia muy líquida, perfecta para ir mojando el blandito interior de las patatas, que quedan perfectamente crujientes por fuera. Su sabor es intenso, y nada más al llevarte la primera patata a la boca puedes sentir todas las especias que lo componen, al igual que un buen toque salado (igual demasiado) que te invita a pegarle un trago a la cerveza. Así pues, se puede decir que las bravas de Docamar son el prototipo de bravas: típicos cachelos, exterior doradito y crujiente, salsa de naranja intenso y repleta de sabor,... aunque ello no implica que sea la mejor, desde mi humilde punto de vista.

  En conclusión, Docamar es efectivamente una de "las Mecas" de nuestra querida tapa, las bravas, y es que bien merece la pena coger todos los metros que hagan falta para ir hasta allí y saborear su rica receta. Bájese en Quintana, pida una cerveza, siéntase en la terracita al Sol, y disfrute de una de las mejores bravas que hay, que seguro no le defraudará.

  Resumen: 

  Nombre y Localización: Docamar. Alcalá 337, Madrid. 

  Valoración del Restaurante: Buena.

  Versión de las Bravas: Una Salsa .

  Valoración y Precio de las Bravas: Genial. Ración 3'5 €.

Mercado Lonja del Barranco

  Hace casi 150 años se llevó a cabo la construcción de una nueva lonja en Sevilla, ubicada junto al famoso puente de Triana se ha convertido con el paso del tiempo en uno de los iconos de la ciudad. A pesar de ello, no fue hasta hace relativamente poco cuando se le ha dado un uso estable: como el mercado gourmet 'Mercado Lonja del Barranco'.

  El edificio que alberga el mercado está construido a base de hierro y cristal, recordando su apariencia a las obras de Eiffel (todavía la autoría de su diseño es objeto de disputa) ofrece una única y gran estancia donde se asientan los diferentes puestos del mercado. Hay de todos los tipos, desde aquellos que rigurosamente obedecen al nombre de mercado (charcutería, pescadería,...) hasta otros que brindan al cliente la oportunidad de tomarse unas tapas, ya sea con aire vanguardista o tradicional (al más puro estilo Mercado de San Miguel, si usted lo conoce). Los pasillos que dibujan los micro-restaurantes y puestos desembocan a una zona central plagada de altas mesas y taburetes, donde poder disfrutar de todas las tapas que en el mercado se ofrecen. Si el buen tiempo lo permite también se puede hacer lo propio en las terrazas de la lonja, a la vista del puente y Triana entera.

  En lo que a gastronomía concierne la mayoría de tapas ofertadas tienen origen en la ciudad sevillana o Andalucía, siendo el caso del cazón en adobo (muy bueno, con su justo punto de salado y picante), los calamares y boquerones fritos, las tropecientas variedades de salmorejo (recomiendo efusivamente el de queso de cabra con miel y espuma de cilantro y manzana, fantástico) o los revueltos de huevo. Igualmente puedes encontrar otros platos foráneos, como ocurre con las pizzas, panzerotti, sushi o focaccias. Ah, además en el Mercado Lonja del Barranco destilan su propia cerveza, Origen, la cual tiene un sabor más fuerte y peculiar de lo que se suele tomar en la zona. La variedad, el ambiente y lo 'novedoso' del asunto se termina pagando, y los platos terminan saliendo caros, por ejemplo un vaso (de no más de cuatro dedos de alto) de salmorejo termina saliendo por 5'9€, o cuatro trocitos de pizza por 12€. En cualquier caso, esto es 'A las Bravas', y aquí se viene a hablar de nuestro plato preferido por excelencia:

  En uno de los puestos más céntricos del mercado, justo al lado del italiano, además de preparar 'huevos en serio y no en serie' también ofrece al cliente sus propias patatas bravas (¡Yuhu!). Como ocurre con todos los productos que se preparan en el mercado, el propio puesto dispone de una vitrina donde puedes ver cómo son las bravas: son del tipo dos salsas (como no podía ser de otra manera estando en Sevilla), donde la salsa anaranjada baña las patatas mientras que la blanca queda como la guinda del pastel tal cual cae del cucharón sobre el plato. La presentación mola, no es rompedora ni nada por el estilo pero se agradece algo más elegante de a lo que estamos acostumbrados. El plato me sorprendió para bien, pues la salsa roja es afortunadamente brava, y tiene un sabor notorio con un picante que va tomando presencia según se come el plato. La otra salsa resulta un alio-oli bastante bueno, que aporta frescura y un toque salado perfecto al plato. Hasta aquí todo genial, unas salsas buenísimas que poco tienen que envidiar a las mejores que haya probado en España, pero las patatas terminan afeando el plato: en lugar de estar bien fritas por fuera y blandas por dentro, las patatas quedan duras y sin gusto apenas. El plato en general me sigue gustando, las pondría como unas de las mejores bravas de la ciudad, que no llegan a ser las mejores por un fallo tan tonto como no saber freír unas patatas.

  En conclusión, el Mercado Lonja del Barranco es un buen sitio al que ir 'muy de cuando en cuando', ofrece tapas diferentes en un ambiente muy chulo y fresco en un enclave privilegiado dentro de la ciudad, pero el precio de algunas de sus tapas termina siendo prohibitivo. En cuanto a nuestro plato favorito, merece la pena desviarse de nuestra ruta con tal de probarlas, no son del todo caras y ciertamente están ricas, pero sólo espero que la próxima vez las patatas estén cocinadas en condiciones.


Resumen:

Nombre y Localización: Mercado Lonja del Barranco. Calle Arjona s/n, Sevilla.

Valoración del Restaurante: Buena.

Versión de las Bravas: Dos Salsas.

Valoración y Precio de las Bravas: Muy Buena. 5€ (ración).

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