Hermanos Luna

  Cerca de la capital hispalense, en la pequeña localidad de Camas (sí, donde nació Sergio Ramos), concretamente en la calle Ixbilia, se encuentra un humilde bar famoso en toda la ciudad y más allá por sus serranitos y su secreta salsa "Chipi". No hablamos de otro sitio que del bar "Hermanos Luna".

  Protegidos por la luna llegamos a un local que pasa totalmente desapercibido, tan solo un pequeño cartel iluminado lo distinguía de la fachada de una vivienda. Bajo dicho cartel se encuentra una barra exterior, en la que puedes hacer comandas directamente al cuerpo de camareros si estás disfrutando del tiempo sentado en la terraza. Desde allí puedes apreciar que el interior no es demasiado amplio, que da para unas pocas mesas y sillas, y que está decorado de la forma más tradicional sevillana.

  Al poco de llegar el camarero nos atendió para anotar las bebidas (por cierto, tristemente no tienen Shandy o Radler), pero aún así ya sabíamos lo que íbamos a pedir, pues al igual que muchos fuimos a Hermanos Luna por sus serranitos. La carta es tan reducida que cabe en una mano, y en ella puedes encontrar un buen resumen de la típica gastronomía de los bares sevillanos: croquetas, lomos a las diferentes salsas, algún montadito que otro, chacina, quesos... y sus afamados bocadillos, todo ello desprendiendo sabor y olor a casero. Para qué vamos a mentir, los serranitos estaban muy ricos, eran bastante grandes y bastante buenos; además vienen acompañados por un buen puñado de patatas bañadas por la salsa Chipi, cuyo sabor es difícil de describir o catalogar (ningún comensal se ponía de acuerdo en decir a qué sabía).

  Como no podía ser de otra manera, en el reverso de la carta había una lista de patatas y salsas para acompañarlas, y entre ellas figuraba la brava. Realmente me esperaba un cutre-plato de patatas con salsa mayonesa y ketchup caducado, pero afortunadamente me equivoqué. En lugar de dicho esperpento el camarero nos brindó con un buen plato rebosante de doradas patatas partidas en cachelos, cubiertas por una apetitosa salsa rojiza. No sé si las patatas eran congeladas o no (lo parecen), pues el efecto bombón helado estaba perfectamente conseguido: el exterior tenía el justo crujiente y el interior estaba blando y suave para mojar la salsa. En cuanto a la salsa (¡sí, sólo había una!), al principio no picaba demasiado, pero a medida que saboreabas el sabor del comino llegaba acompañado por un picante seco, justo en cantidad. Igual eché en falta algo más de sabor y sal, pero aún así es una salsa brava más que aceptable teniendo en cuenta que estamos en Sevilla.


  Concluyendo, por sus bajos precios, por su buen trato, por sus ricos serranitos, por su enigmática y rica salsa Chipi, y por sus más que decentes bravas (que igual no llegan al top 5 nacional, pero que seguro que lo estarían en el regional), estoy seguro de que volveré a Hermanos Luna a cenar y tener una buena velada acompañado por buena y casera comida. Y si vosotros no habéis ido, ya estáis tardando.

Resumen:

  Nombre y Localización: Bar Luna (conocido como Hermanos Luna). Calle Ixbilia 5, Camas (Sevilla).

  Valoración del Restaurante: Buena.

  Versión de las Bravas: Una Salsa

  Valoración y Precio de las Bravas: Muy Buena. Tapa 2'5€, Ración 5€.

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La Boquería

  En pleno Georgetown, uno de los barrios más famosos de Washington D.C., junto a muchas embajadas, universidades y hoteles caros, se encuentra un restaurante famoso y caro a la par, donde los "washingtonians" van de cuando en cuando a disfrutar de una buena cena. Da la casualidad que dicho restaurante es español, y que se llama "La Boquería".

  Quizás os preguntéis qué clase de español se mete a cenar en un restaurante español estando en la capital de EEUU, pero ese no es el objetivo de este blog. Lejos de lo que pueda parecer, es un restaurante bastante elegante, luces a media intensidad, una larga barra para tapear, pequeños salones en los que cenar tranquilamente, docenas de botellas de vino a modo decoración... atmósfera y ambiente agradable. El servicio, que no entiende nada de español, es bastante eficiente y agradable (como en casi todo bar americano): está siempre atento y rellenando vasos de agua cuando éstos se quedan a la mitad.

  La carta no es muy extensa, tan sólo una hoja sobre una tablita de madera, como la de los gastrobares modernos. En ella puedes encontrar una buena embajada de la comida española: paella, gazpacho, pimientos de padrón, tortilla de patatas, pinchitos... todo caro, pequeño y de gran sabor. Además tiene otra carta, ésta de bebidas, con casi cualquier bebida del país que te puedas imaginar, desde vinos malos, hasta denominación de origen, pasando por cerveza Mahou. De entre toda la oferta recomiendo especialmente los dátiles con beicon y Valdeón, el gazpacho y las croquetas cremosas.

  Y evidentemente uno de los platos contenidos en dicha carta eran las bravas. Me esperaba unas bravas dos salsas clásicas, pues el cocinero es catalán, pero en su lugar me encontré con las bravas más raras de este blog. Las bravas vienen servidas en un cuenco alargado, con la salsa suave sobre las patatas y la picante en el fondo del plato. A pesar de que las patatas están cortadas en forma de cachelos, estas no tienen efecto bombón helado ni nada parecido, más bien son efecto carbón, pues toda ella es crujiente y no da lugar a mojar la salsa. En cuanto a las salsas, la "mayonesa" sabe a aceite y la picante tiene un leve sabor y un débil picor, nada más. La combinación de dichos elementos no es muy desagradable, pero dista muchísimo de ser una tapa de bravas decente y menos por ese precio. Es una pena, pues ésta desastrosa versión es lo que muchos americanos tienen por "spanish food".


  Resumiendo, La Boquería es un restaurante caro y "cool", no es un sitio al que ir habitualmente por el alto precio de sus platos y la poca cantidad de los mismos (pagamos 37$ cada comensal y nos quedamos con hambre), aunque la calidad y sabor de sus platos es notoria en los mismos. Y si tienes intención de tomar bravas en D.C., te recomiendo que compres mayonesa, tabasco y ketchup en el supermercado más cercano y te hagas unas cutre-bravas rápidas, que seguro que son mejores que las de La Boquería.

Resumen: 

  Nombre y Localización: La Boquería. M Street 1837, Washington DC. 

  Valoración del Restaurante: Buena.

  Versión de las Bravas: Dos Salsas.
  
  Valoración y Precio de las Bravas: Muy Mala. 9$.

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