Uno de Delicias

  En uno de los mejores lugares de toda Sevilla, en el Edificio Cristina de la céntrica Puerta Jerez, acaban de abrir un bar de toque moderno y elegante, donde se sirve calidad a buen precio. Seguro que será un bar que dará mucho que hablar. No hablamos de otro que del joven y prometedor "Uno de Delicias".  

  Lo primero que me ha enamorado del restaurante es su localización. Se ubica a 20 metros de la Torre del Oro y a un tiro de piedra del metro de Puerta Jerez (algo digno de celebración para los que no viven en Sevilla capital, que son muchos). Por otra parte el local y su decoración me encantan, muy abierto, cristaleras por todas partes, mucha madera y luz, techos altos, mesitas para tapear y otras para "sentarse a comer"... todo ello en un ambiente muy moderno y elegante que te invita a entrar desde el escaparate y a quedarte al poner el primer pie allí.  

  La oferta gastronómica no es muy extensa, se centra en tapas típicas de la zona reinterpretadas y vistas desde un punto de vista diferente, resultado unos platos muy buenos y de alta calidad. Al igual que otros bares de corte "gastrobar" la carta es una hoja sujeta a una tabla de madera, como una carpeta antigua. En ella podemos encontrar  recetas en versión tapa y ración, fuera de carta también están disponibles otros platos de tamaño intermedio. Además, la relación calidad precio es excelente, las tapas oscilan los 3€ (el plato 11€ aproximadamente) y sirven bastante cantidad. De entre toda la variedad me gustaría hacer especial mención al españolito (tosta con lomo de cerdo bajo cebolla caramelizada y queso brie), el salmorejo de fresa con patatas (sorpresa en boca asegurada), y cómo no a sus bravas:

  En "Uno de Delicias" hacen las patatas de forma parecida a las "patatas Deluxe" de la famosa cadena McDonalds: con piel y rebozado especiado, muy crujientes y doradas, de un interior suave y cremoso. Como digo en cada entrada la gracia reside en la salsa, y es algo que han captado muy bien en este bar. La receta de bravas es del tipo dos salsas: por una parte bañan los gajos con un alioli verdoso de suave pero rico sabor, y sobre el mismo vierten la salsa brava (no es ketchup ¡aleluya!) más rica que he probado en Sevilla. La salsa es de tono marrón y ciertamente consistente, su sabor recuerda al cocido y a la carne (como las bravas de Despeñaperros hacia arriba), con un buen punto salado y contundente sabor que junto al crujiente de las patatas y la suavidad del alioli hacen de esta tapa un plato diez. Quizás el punto flaco del plato sea que el picante no es muy potente, pero desde luego está presente.

  En definitiva, justo cuando había dado a la capital hispalense por perdida en mi particular cruzada en búsqueda de las bravas perfectas, llega "Uno de Delicias" con sus bravas y me cautiva. Pero no son sólo sus bravas, por su ambiente, por su rápido y atento servicio, por su gustosa decoración, y sobre todo por su carta llena de sabor a buen precio, se va a convertir en un lugar de asistencia obligada para mi. Tenéis que ir a disfrutar de comida de verdad y de (con la boca llena) una de las mejores bravas de Sevilla.

Resumen: 

  Nombre y Localización:  Uno de Delicias. Paseo de Delicias, 1, Sevilla.

  Valoración del Restaurante: Genial.

  Versión de las Bravas: Dos Salsas.

  Valoración y Precio de las Bravas: Muy Buena. 2'9€.

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Papasá

  Hacía muchísimo que no pasaba por este negocio (muchos años), de hecho la última vez que clavé un tenedor en una de sus patatas asadas era cuando la cadena pasaba por una época boyante y tenía muchos locales. Ahora la empresa está en una situación mucho más decadente. Hoy probamos las bravas de Papasá.

  Por normal general, los locales son muy pequeños, concretamente al que fui se encuentra al final de la sevillana calle Lopez de Gomara, junto a otros muchos bares. Además de los pocos metros cuadrados del interior, en los días de bueno puedes disfrutar de la comida en la terraza de la acera, lo que es más que recomendable, pues el horno de patatas del interior despide mucho calor y olor a patata. Junto a dicho horno se ubica la corta barra, tras la cual la camarera/cocinera echa los diferentes ingredientes en las patatas asadas. La decoración es pobre, casi inexistente, los muebles carecen de embellecimiento posible y se reducen a pura funcionalidad. El servicio, que tal y como he dicho antes está compuesto por un único empleado que hace las veces de camarero y cocinero, es bastante eficiente y muy amable.

  La carta es bastante más amplia de lo que me esperaba, además de las famosas "papasás" contiene ensaladas, hamburguesas, perritos, pizzas (¿pizzas?), entrantes y camperos (que al parecer son bocadillos típicos de Málaga), pero de toda la carta lo único que he probado son las patatas asadas. Hay una grandísima cantidad de patatas entre las que elegir, y no procedo a enumerar las diferentes versiones pues coparía varios párrafos. Las patatas son muy grandes, llenan muchísimo y son baratas (4'5€ de media), además de estar muy buenas. En concreto, en mi visita probé la patata la texana, que contiene maiz, carne, salsa barbacoa (muy intensa) y otros ingredientes que no consigo recordar, y por supuesto también pedí la patata brava.

  La patata viene completamente abierta sobre un "papel Albal" que descansa en un cuenco. En el interior del tubérculo se encuentran los diferentes ingredientes, en este caso aceitunas (sí sí, bravas con aceitunas), salsa brava, mayonesa, y jamón york (creo recordar). Aunque no lo parezca, la mezcla de la patata asada, muy suave y blanda, con los ingredientes previamente mencionados, crea una versión diferente, muy rica y sabrosa de nuestras queridas bravas. No sólo mantiene el picante que todas bravas han de tener, si no que lo acompaña de un rico sabor que va variando poco a poco según los ingredientes que atrapas en cada tenedorada. En este contexto no sé si tiene mucho sentido encajar esta receta en el grupo de "una salsa" o "dos salsas", pero desde luego es más parecida a una versión dos salsas (que va mucho más allá) clásica.

  En conclusión, me he llevado una grata sorpresa al volver a papasá: comida abundante, rica, barata, y diferente a cualquier otra oferta. Desde luego no entiendo cómo no hay más clientes comiendo en sus restaurantes y disfrutando de sus patatas, que bien lo merecen. Seguro que volveré, y a vosotros os recomiendo hacer lo mismo, y más aún os recomiendo pasar por Papasá para probar unas ricas patatas bravas (o más bien patata brava) que seguro que os encantará.

Resumen: 

  Nombre y Localización: Papasá. Diferentes ciudades y localizaciones.

  Valoración del Restaurante: Buena.

  Versión de las Bravas: Dos Salsas.

  Valoración y Precio de las Bravas: Muy Buena. 4'5€.

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