Patio San Eloy

  Encuadrados de forma privilegiada, concretamente en las calles del centro histórico sevillano, puedes encontrar en un ambiente en sempiterna ebullición, y más aún en fechas señaladas como es la Semana Santa, una cadena de bares muy arraigada en esta ciudad como es la del Patio San Eloy.

  Aproximadamente son siete los bares que configuran este grupo, pero todos son igualmente reconocibles desde la calle: gente entrando y saliendo, azulejos cartujanos, ese inconfundible color albero hispalense, cierto estilo moderno y elegante... Estos bares son muy conocidos, hay quienes les tienen más estima que otros, pero lo cierto es que todo el mundo habla bien de ellos. Salvo por ese estilo elegante, y "posh" si me apuras, del que hablaba antes estos bares pueden ser confundidos con cualquier bar sevillano del centro, ya que su carta ofrece lo más típico de la ciudad: solomillo al whisky, adobo y calamares fritos, patatas con alioli, un buen surtido de montaditos... pero sin perder la calidad que le precede (con su correspondiente repercusión en el precio). Está claro que no se puede generalizar, pero es cierto que tanto trasiego y bullicio provocan cierta falta de atención y retraso por parte del personal, tanto a la hora de pedir, como en la llegada de los platos, y el pago de la cuenta. Pero igualmente puedes ir acto seguido a cualquier bar y que te pase lo mismo, el rendimiento siempre baja en determinadas situaciones, y más en una fecha como ésta en la que hay tanta clientela. Dejando a un lado lo demás, no estaría hablando del Patio San Eloy si en su carta no figuraran nuestras queridas patatas bravas, así que sin más dilación vamos a ello:

  Antes de que me llegaran a servir el plato estaba gratamente sorprendido por lo siguiente: a lo largo de todas las entradas anteriores han habido tanto patatas "dos salsas" (más típicas en el sur y levante, que no son las originales) como patatas bravas tradicionales (más comunes en el centro peninsular), y con ellas cierta trifulca entre ambas. Sobre gustos no hay nada escrito, algunos son más partidarios de la original y otros de la "dos salsas", y nunca vamos a llegar a ponernos de acuerdo sobre cuáles son mejores. La gracia de este plato consiste en que acaba con todo debate posible al servir las dos versiones en una: las patatas vienen acompañadas por tres salsas: una roja (desgraciadamente en este caso ketchup), mayonesa, y salsa brava. De esta forma puedes elegir tú mismo de qué forma te gusta más el plato y acabar así con la división de opiniones. 

  Analizando más concretamente el plato, las patatas están cortadas de la forma original, en gajos, bien fritas por fuera y adecuadamente compactas y blandas por dentro (como debe ser). En cuanto a las dos salsas, el Patio San Eloy ha caído en la típica "trampa" de los bares de servir ketchup (sin más misterio) en lugar de una salsa roja picante. Otros bares optan por un punto medio y a partir de la salsa de tomate, haciendo uso del tabasco o cayena, hacen una salsa brava, pero desgraciadamente no es el caso. Por otra parte la salsa  brava, de color rojo apagado y textura parecida a la de la melaza, hace honor a su nombre, tanto que opta por no tener sabor alguno y picar de una forma salvaje (hasta ahora ha sido la salsa brava más picante que he probado), condenándote a varios vasos de agua para soportar el plato.


  En definitiva, es un bar muy agradable que mantiene la esencia sevillana con un aire más moderno y cuidado, y la idea de conjugar ambas versiones es magnífica, espero que más locales se suban al carro e imiten al Patio San Eloy, pero desde luego no han sabido llevarla a cabo haciendo uso de salsas ya hechas o extraídas del mismo infierno.

Resumen:

  Nombre y Localización: Patio San Eloy. Diferentes lugares de Sevilla.

  Valoración del Restaurante: Buena.

  Versión de las Bravas: Tres Salsas.

  Valoración y Precio de las Bravas: Mala.

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